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Merck

Control del aire

Técnico comprobando un equipo en una planta industrial

El muestreo y el control del aire consisten en la evaluación de la calidad del aire determinada mediante la medición de contaminantes y de partículas en el aire. Se utiliza en entornos industriales para proteger a los trabajadores y evitar la contaminación del entorno y del producto. Al medir los contaminantes del aire, los investigadores deben considerar no sólo el método de muestreo, sino también la fase y la identidad del contaminante o la partícula de interés.


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Métodos de muestreo del aire

El muestreo activo del aire consiste en recoger una muestra de aire a través de un tipo de medio adsorbente como un tubo adsorbente, un tubo térmico, un filtro o un impactador utilizando una bomba de aire.

El muestreo pasivo del aire depende de la difusión molecular no asistida de agentes gaseosos (analíticos) a través de una superficie difusiva sobre un adsorbente. Este método proporciona un análisis fiable y rentable de la calidad del aire, porque el muestreo no implica bombeo del aire sino que es controlado más bien por difusión. El muestreo pasivo del aire proporciona niveles detallados de los contaminantes a lo largo de un periodo, de días a meses, de medición de las concentraciones promedio del contaminante.

El muestreo completo de aire implica la recolección de una muestra entera de aire extrayendo el aire a un recipiente de contención, un recipiente de acero inoxidable o una cámara de vidrio. Este sencillo método de recolección permite analizar los compuestos de interés directamente desde el recipiente.

Clasificación de los contaminantes del aire

Los contaminantes del aire se clasifican normalmente en químicos, radiológicos o biológicos.

Los contaminantes químicos aparecen como gases, vapores y partículas. Los contaminantes químicos habituales del aire son el dióxido de nitrógeno (NO2), el monóxido de carbono (CO), el formaldehído, el plomo, el amianto, el ozono, los compuestos orgánicos volátiles (VOC) y el polvo o las partículas (materia particulada). Los contaminantes químicos se miden mediante muestreo pasivo o activo del aire.

El control mediante radiación se utiliza para detectar señales de radiación no naturales en valores superiores a la radiación de fondo que existe de forma natural.

Los contaminantes biológicos del aire son las bacterias, las esporas, los hongos, las levaduras, las toxinas microbianas y los virus liberados de las instalaciones. Otros contaminantes biológicos son los irritantes y los alérgenos, como el polen y los hongos. Los contaminantes biológicos se controlan utilizando placas de sedimentación o de contacto y muestreadores de centrífuga Reuter en los que se emplean tiras de agar específicas.

Aplicaciones para la supervisión del aire

La supervisión del aire tiene varias aplicaciones industriales donde la calidad del aire constituye un problema o un riesgo para la salud. Las aplicaciones habituales son el control de la contaminación agrícola, la contaminación industrial y la exposición a los gases anestésicos.

La intrusión de vapor consiste en la migración en fase de vapor de los compuestos volátiles orgánicos e inorgánicos a los espacios interiores desde las aguas subterráneas o el suelo contaminados.

La producción de una serie de productos petroquímicos suele inducir la formación de subproductos peligrosos que tienen efectos negativos para la salud y el medio ambiente. Los trabajadores de las refinerías y las comunidades circundantes corren el riesgo de exposición por la volatilización de los materiales peligrosos durante los muestreos sistemáticos, por derrames superficiales y por escapes de los tanques de almacenamiento subterráneo en el suelo y los suministros de agua subterránea.

Al bloquear las sensaciones dolorosas, los gases anestésicos permiten a los pacientes someterse sin padecimiento a procedimientos quirúrgicos o de otro tipo. Problemas con la técnica de dosificación, los escapes o los fallos del equipo y la presencia de gases anestésicos residuales pueden suponer un riesgo para los trabajadores sanitarios.

Las personas que viven y trabajan en las zonas rurales corren el riesgo de exposición a una amplia variedad de contaminantes emitidos por las operaciones agrícolas. La exposición a los plaguicidas y los herbicidas constituye una preocupación significativa, ya que aproximadamente sólo el 85 % de los plaguicidas pulverizados a la atmósfera llegan a su objetivo. Además del riesgo de exposición al agente químico activo, los trabajadores que pulverizan o depositan esos agentes también corren un riesgo de exposición al disolvente.





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